
LA FLOR DEL ROMERO
“A la flor del romero,
romero verde,
si el romero se seca
ya no florece.” (Cancionero popular)
Anda, vete a la iglesia
a rezar avemarías,
y pasea tu palmito
sin lutos de golondrina,
que la vida es el milagro
que se pierde día a día,
y no te pongas las medias
aunque el cura te maldiga,
que la piel es pa enseñarla
si aún no es rosa marchita,
pinta con esmero el marco
que te adorna la sonrisa.
“Si el romero se seca
ya no florece,
ya no florece,
ya no florece.”
Déjame estar congelada
de sonrisas y galanes,
deja el cristal de mi pecho
sin ansias de calentarse,
y arrastrar sobre mi espalda
mis gritos como metales
de la cocina a la alcoba
y desde el techo a la calle,
deja que encuentre mi muerto
por los montes y los valles,
y que derramen mis senos
calostros de roja sangre.
“Ya no florece,
ya enfloreció,
que la flor del romero
ya se secó.”
No hay protesta ni palabra
que mis labios te bendigan,
cuando quieres estar muerta
no hay vieja que lo desdiga,
ni aunque los cielos se abran
de primaveras y risas,
ni aunque la vida emboscada
pinte rojas las mejillas,
porque una espada de jaspe
deja el alma dura y fría,
y bordada de violetas
lo negro de tus desdichas.
“Si el romero se seca,
ya se perdió,
ya se perdió,
ya se perdió.”
¿Cómo alejar mi agonía?
¿Cómo puedo calentarme
si corren por mis suspiros
largos cuchillos de aire?
¿Si los hierros de mi puerta
son hierros que no se abren?
¿Si tengo un hombre en mi pecho
sin que pueda calentarse,
ni quiere llamas ni luces
para poder despertarse,
y cierra mi corazón
pa que no pueda escaparme?
“A la flor del romero,
que se secó”.
Pepe Martín
“A la flor del romero,
romero verde,
si el romero se seca
ya no florece.” (Cancionero popular)
Anda, vete a la iglesia
a rezar avemarías,
y pasea tu palmito
sin lutos de golondrina,
que la vida es el milagro
que se pierde día a día,
y no te pongas las medias
aunque el cura te maldiga,
que la piel es pa enseñarla
si aún no es rosa marchita,
pinta con esmero el marco
que te adorna la sonrisa.
“Si el romero se seca
ya no florece,
ya no florece,
ya no florece.”
Déjame estar congelada
de sonrisas y galanes,
deja el cristal de mi pecho
sin ansias de calentarse,
y arrastrar sobre mi espalda
mis gritos como metales
de la cocina a la alcoba
y desde el techo a la calle,
deja que encuentre mi muerto
por los montes y los valles,
y que derramen mis senos
calostros de roja sangre.
“Ya no florece,
ya enfloreció,
que la flor del romero
ya se secó.”
No hay protesta ni palabra
que mis labios te bendigan,
cuando quieres estar muerta
no hay vieja que lo desdiga,
ni aunque los cielos se abran
de primaveras y risas,
ni aunque la vida emboscada
pinte rojas las mejillas,
porque una espada de jaspe
deja el alma dura y fría,
y bordada de violetas
lo negro de tus desdichas.
“Si el romero se seca,
ya se perdió,
ya se perdió,
ya se perdió.”
¿Cómo alejar mi agonía?
¿Cómo puedo calentarme
si corren por mis suspiros
largos cuchillos de aire?
¿Si los hierros de mi puerta
son hierros que no se abren?
¿Si tengo un hombre en mi pecho
sin que pueda calentarse,
ni quiere llamas ni luces
para poder despertarse,
y cierra mi corazón
pa que no pueda escaparme?
“A la flor del romero,
que se secó”.
Pepe Martín