
TUYO
Como la sombra del árbol
se quiebra por su ribera,
acariciada de sol,
es justo que yo en ti muera,
con los pies sobre tu encanto
y tu gloria en mi cabeza.
Puedes decirme tuyo,
como se dice del aire
propio del que vivimos.
Córreme por las fachadas
con plañidos de placer,
que somos como aire y viento
fundidos en su carrera,
y el uno persigue al otro
por que son la misma esencia.
Aún recuerdo
cuando tú no eras
pero yo te esperaba,
y cuando yo no era
pero tú me presentías.
El tiempo, militar circulatorio,
te trajo en su parada
porque eres mía,
Porque soy tuyo,
recibo la embajada de tus manos
como palomas de paz,
para ser recibidas y besadas
en el salón de embajadores
de mi boca.
Porque eres mía, cuando llegas
te ostento en una custodia
por los rincones perdidos de mi alma,
para prenderlos en tu aurora.
Soy ventana de pasiones,
firme como promesa cumplida
para vivirte, porque soy tuyo.
Como la chispa y la llama
subimos al cielo juntos
en nuestro particular incendio.
En mi atmósfera anida tu imagen,
donde llegas a mí definitivamente
para juntar tu luz y mi penumbra.
Pepe Martín