Cuando veo tu retrato
cierro los ojos y adivino
que la luz de mi vida se vacía
por mis párpados abiertos.
Miro al espejo y la mente se me llueve
por los orificios de mi cara
y se me lleva a ti en una riada de ansias
desde el fondo de esa imagen
extraditada de primavera.
Nuestro cielo azulea
en las fuentes de ese río,
se hace transfusión en la sangre
de tu infinito océano,
en este mar doloso
de nuestros amores incompletos.
Me duele este ocio de fuego turbio
que me obsequian tus silencios,
me palpita en los dedos la piel,
tu piel, mi locura vestida.
Y depredo el reloj del tiempo,
y mi sueño me inunda en tus noches,
y se abrasan en fuego mente y sombra
que beben la locura en nuestros cuerpos.
1 comentario:
Hola. Siento no entender su mensaje por mi desconocimiento de su idioma. De todos modos le agradezco su entrada a mi blog.
Pepe Martín
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