Eso está hecho
No preguntaré yo
qué hay qué hacer,
ni qué hicimos,
y ni siquiera cuanto puedo.
Lo que el relámpago de sus ojos pide…
eso está hecho.
Es más,
me presto gustoso a hacerlo
sin preguntar si de día,
si de noche,
ni si vivo o que si muerto.
Al dictamen de sus ojos incendiarios
sin duda alguna
me presto
Eso está hecho
por encima de prejuicios,
o de envidias,
de si sale el sol
o está puesto.
En mi sangre hay un camino
plantado de limoneros,
por donde juegan sus ojos,
donde se placen los hechos,
y quieren bañar sus raíces
en el cristal de su espejo
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