viernes, 28 de noviembre de 2008

PISAPAPELES


Ahogado como estoy
en el esquife de un sueño
veo tus senos,
sueño del árbol que en ti escondes,
frutos de la flor de tu cuerpo,
aleluya de una rama despierta de su sombra.

Y sobre tus pechos desnudos
un toro enchiquerado
que cerró el cielo abierto de mi vida.

En un alba de sábanas sin memoria
quedó mi cráneo postrado en tu lectura
como un pisapapeles calvo,
muerto e indigesto de tu engaño.

Tus papeles quedaron
como un huerto
de flores en sombra,
pero bien regado.

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