ALMA
Comprenderás que no hablas por ti sola
con tu lengua de silencio
cuando me dices:
“Compañero, estoy cansada”,
y no puedes decirme
que tengo malas entendederas
cuando entiendo que dices
que nos estamos muriendo.
Y protesto, y no protesto porque sí,
sino porque me afectan mucho los duelos.
Y me pregunto desde esta parte
que es tu carro y cuerpo:
¿qué puede afectarte tanto
para cansarte cuando eres casi nube?
Te lo preguntaré desde mi pluma,
tinta de nuestra lengua,
por donde sueles asomarte.
Y como las palabras son medicina
para el alma que sufre,
quiero sanarte y sanar contigo
en esta reflexión que es tu ojo
del que manan las lágrimas de tu sangre.
Creo que la enfermedad que te afecta
es el odio del prójimo,
el óxido que corroe y da picana al alma de la gente.
Y me dirás que son justos nuestros remordimientos
cuando no hago lo bastante
ayudando a que el mundo
sepa ver la hinchazón del hambre,
las cadenas de la injusticia
o el terror de la guerra,
porque, aunque sólo soy un eslabón,
uno solo es el que ata el puente a la cadena,
Y me dirás que no olvide a los que aplicaron
el electrodo y el palo,
que no ponga la otra mejilla
porque la primera nos ha afectado a los cojones,
y que venda muy cara la hectárea de sometimiento.
Y me dirás que la gloria está aquí a ras de suelo,
y que su cosecha se obtiene
de la mano de la caridad
y entre los olvidados y maldecidos,
que los campos del cielo
tienen sus peldaños en los arrabales,
y que su regocijo es la propia entrega,
Y me dirás que los hombres encogidos
otorgan mucho a los misiles
y ganan pocas batallas,
que hay que saber decir que no
en el momento oportuno,
que la duda no ayuda a la serenidad del alma.
Sólo se ama aquél que ama a su alma,
y con el alma, a su prójimo,
y aunque parezca que no,
tengo vocación de todos
mi parpadeante bujía;
aunque tener,
tengo mis redaños
retorcidos en la cólera.
Pepe Martín
Comprenderás que no hablas por ti sola
con tu lengua de silencio
cuando me dices:
“Compañero, estoy cansada”,
y no puedes decirme
que tengo malas entendederas
cuando entiendo que dices
que nos estamos muriendo.
Y protesto, y no protesto porque sí,
sino porque me afectan mucho los duelos.
Y me pregunto desde esta parte
que es tu carro y cuerpo:
¿qué puede afectarte tanto
para cansarte cuando eres casi nube?
Te lo preguntaré desde mi pluma,
tinta de nuestra lengua,
por donde sueles asomarte.
Y como las palabras son medicina
para el alma que sufre,
quiero sanarte y sanar contigo
en esta reflexión que es tu ojo
del que manan las lágrimas de tu sangre.
Creo que la enfermedad que te afecta
es el odio del prójimo,
el óxido que corroe y da picana al alma de la gente.
Y me dirás que son justos nuestros remordimientos
cuando no hago lo bastante
ayudando a que el mundo
sepa ver la hinchazón del hambre,
las cadenas de la injusticia
o el terror de la guerra,
porque, aunque sólo soy un eslabón,
uno solo es el que ata el puente a la cadena,
Y me dirás que no olvide a los que aplicaron
el electrodo y el palo,
que no ponga la otra mejilla
porque la primera nos ha afectado a los cojones,
y que venda muy cara la hectárea de sometimiento.
Y me dirás que la gloria está aquí a ras de suelo,
y que su cosecha se obtiene
de la mano de la caridad
y entre los olvidados y maldecidos,
que los campos del cielo
tienen sus peldaños en los arrabales,
y que su regocijo es la propia entrega,
Y me dirás que los hombres encogidos
otorgan mucho a los misiles
y ganan pocas batallas,
que hay que saber decir que no
en el momento oportuno,
que la duda no ayuda a la serenidad del alma.
Sólo se ama aquél que ama a su alma,
y con el alma, a su prójimo,
y aunque parezca que no,
tengo vocación de todos
mi parpadeante bujía;
aunque tener,
tengo mis redaños
retorcidos en la cólera.
Pepe Martín
6 comentarios:
Espléndido, Pepe. El alma desgarrada por la injusticia pide más de aquel que la porta. No quiero ser pesimista, pero creo que el mundo sabe de las hambrunas y las guerras pero mira para otro lado con descaro.
En la era del individuo, todos se quieren a si mismos.
Un abrazo,
hermoso poema pepe un abrazo muack
Gracias Cabeza de Monte, es cierto, esta es una época en que cada uno mira su ombligo. Un fuerte abrazo. Pepe
Gracias Gaviota, como siempre eres estupenda, Un besito. Pepe
Un poema comprometido y de gran altura.Felicitaciones!
Gracias Catalina, a veces hay que mojarse un poquito. je je je, un besito. Pepe
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