Encandora.wma
Sobre la noche del pelo
una rosa luna brilla.
Rostro de perfil y quiebro
sobre sus hombros se espiga,
y un manto de hilos de sangre
hacen del pecho fatigas.
Un rastro enramado y rojo
deja su estela dolida.
Clican sus dedos de caña,
gesto, palma y seguidilla,
un regateo de flores
entre sus pies se desliza,
y canta su taconeo
contrapuntos a su herida.
Voz de de vidrio en la garganta
y el alma negra y parida,
como una guitarra ausente
con las cuerdas sin saliva.
Lleva en la mente una fábula
lenta, que se electriza,
luz que se enciende y se apaga
por sus ansias y agonías.
Su corazón de manzana
llora el frescor de una huída,
cuando un corazón de piedra
le quemó las higadillas.
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