Serenata.wma
Que no quiero encontrarme otra boca,
otra boca herida de labios
como tu herida púrpura
que sangra por mis sueños.
Que no quiero otra encendida rosa,
otra pasión que la abierta en tus mejillas
que derrame sobre mí sus pétalos de vino
en un susurro de amor y de luna.
Sólo tu boca deslizándose por mi cuerpo
como un aceite perfumado
que me embalsame, muerto.
Nada más que tu boca
con su poder de milagros
que me resucite en mis silencios.
Una boca de miel,
dos pétalos arrastrados y encendidos
por la inercia pujante de mi viento
oxígeno que todo lo cubre,
que aviva la fragua de tus sentimientos.
Una boca espinada que me hiera,
para que mi sangre se haga baba por sus pétalos,
para que la niebla de mis ojos tiemble
cuando me desflagre en tu beso.
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