ENCIÉNDEME LA BOCA
Escupiendo los ojos de las aves
la serpiente envenena sus miradas,
quedando de este modo desarmadas
con unas consecuencias arto graves.
Sólo te pido, amor, que mi ojo laves,
aunque tengas mis ansias anilladas,
y no dejes mis luces ahogadas
aunque carne y alma tú me trabes.
Lo cierto es que tu cuerpo me devora,
tu pasión me enajena en su delirio
y no sé si esto es mi infierno o es mi hora.
Aunque mane mi sangre color tirio
y ennegrezca mi piel como la mora,
¡enciéndeme la boca como un cirio!
Pepe Martín
Escupiendo los ojos de las aves
la serpiente envenena sus miradas,
quedando de este modo desarmadas
con unas consecuencias arto graves.
Sólo te pido, amor, que mi ojo laves,
aunque tengas mis ansias anilladas,
y no dejes mis luces ahogadas
aunque carne y alma tú me trabes.
Lo cierto es que tu cuerpo me devora,
tu pasión me enajena en su delirio
y no sé si esto es mi infierno o es mi hora.
Aunque mane mi sangre color tirio
y ennegrezca mi piel como la mora,
¡enciéndeme la boca como un cirio!
Pepe Martín
4 comentarios:
Serrano me has dejao encendía, este el estilo que más me enamora de ti como poeta claro, no vayas a pensar mal (en el buen sentido literario), besos Ma.Jo
Gracias Serranilla, estos son chispazos que de vez en cuando se escapan, me alegra que sea de tu agrado, un besito, Pepe
!Uff! !Cuánta pasión se desborda aquí!
Bello poema.
Mis saludos.
Gracias Rosario por tu mensaje, ya ves que los días nublados repartimos café caliente je je je, Un besito. Pepe
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