
BESO.
No sé si eran sus labios o cerezas,
hambriento quise probar el fruto,
pero al tocar su rama sentí el luto
de quien cambia lo honrado por torpezas.
Despegarme de allí fueron tristezas
de un corazón cortado, y un canuto
me dio el hilo de aire diminuto
con que suelen ahogar ciertas grandezas.
Mas, mi grito de otoño ensordecido
y la carne dolida y entreabierta,
campanas de ángelus han cosido.
Me abrió de par en par su estrecha puerta
cuando atarme a sus raíces ha querido
para resucitar mi boca muerta.
Pepe Martín
2 comentarios:
QUERIDO AMIGO POETA: MAGNÍFICO COMPENDIO DE TODOS LOS FENÓMENOS SENSORIALES QUE DESCRIBES EN SONETO. ORGULLOSO DE SER COMPAÑERO DE SEMEJANTE MAESTRO. UN ABRAZO.
JOTACET
Gracias Jotacet, tu mensaje casi me sonroja, eres muy expléndido. Un fuerte abrazo amigo, Pepe
Publicar un comentario