
EL ROBO.
Llegué a ella helado por el cristal de la duda
para buscar el hogar de su pecho,
rocé su boca con la mía,
como un ladrón con acecho de rapiña
que no puede resistirse a la joya más preciada
a sabiendas de que el hecho
podía hacer presa en mi garganta.
Mi corazón no disponía de aurora
ni de vals mecido por violines.
Sólo sentía el padecimiento de la incertidumbre…
pero no llegó el desgarrado vuelo de su grito.
Y puesto a morir en mi aventura,
abarqué su hombro de jaspe
con mi brazo de piel enfebrecida
alargando aquél beso,
poniendo a mi boca una rosa sangrante de pasión
y una luna soñadora.
Y al pensar que iba a morir,
pedí lenta mi agonía.
Observé el veneno ardiente de mi alma
inoculado en sus ojos sin sentencia,
estremecido en sus labios sedientos,
sonrojado en sus mejillas apasionadas,
y sentí en ella una muerte escalofrío.
Ella encogió su capa de gemidos
por la laringe de su cuello.
Y se volvió osada mi palabra
para colgarle una ilusionada cadena,
borracha de sentimiento,
derramando el vino de mi corazón
en un leve te quiero, pájaro o brisa.
Regresó a mí con las alas de un eco
por las copas de sus labios.
Fue para mí, absolución con mucha luz
con libertades de claveles
y sabor de llama y quemadura.
Pepe Martín
4 comentarios:
AMIGO PEPE, GRACIAS POR ESTE OTRO REGALO. ¿HAS VISTO QUÉ POCO ENTRA NUESTRA GENTE A ABREVAR ALIMENTO INTELECTUAL..?-UN ABRAZO-
JOTACET
Gracias Jotacet, yo sólo tengo constancia de quien entra. Sé que hay mucha gente que me visita, pero no deja mensaje, los aprecio a todos, pero especialmente me interesan los que como tú son mis amigos, Un fuerte abrazo Pepe.
Realmente hace tiempo que no entraba a leer sus magníficos poemas.Anduve dispersa y somnolienta.Pero hoy desperté ante la impresionante pluma que anima sus letras.
¡Mis felicitaciones!
Gracias Catalina, es todo un alago tu bonito comentario. Un besito, Pepe
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