
SEDUCCIÓN
La conquisté por soltera
cuando ya estaba casada,
casada pero ligera…
pero ya tenía atada
su cadera a mi cadera
y su nalga con mi nalga.
Y quise volverme atrás
envolviéndola en tinieblas…
mi llanto la fue a lavar
haciendo de mala, buena…
quitándole el antifaz,
me eché en los ojos arena.
No pude volverme atrás
quemado por su silueta,
y me dejé engatuzar
por el roce de sus tetas,
la miel de su paladar
y el roce de sus dos piernas.
Pepe Martín
2 comentarios:
Jaja, me hace gracia pero a mi me pasó un caso así. Y te lo digo porque me recordaste aquello.
Me gusta pasear de vez en cuando y dejar un comentario. Sobretodo en tu espacio, que me llena de inspiración.
Muyyy bueno, compañero. Eres GENIAL.
A mí me suelen ocurrir muchas cosas pero en la imaginación je je je, Gracias Comunero. Un fuerte abrazo, Pepe
Publicar un comentario