
Me falta eternidad para ensalzarte,
mi alma está de ojos abiertos
para contarte, enumerarte y editar sabiamente
en mis poemas cada una de tus partes.
Algunos quieren vivir con el conjunto
pero a mí no me basta, prefiero los detalles,
te quiero en un film rodado desde los pies al alma.
Te quiero centímetro a centímetro
discerniendo entre pelo, piel y sangre
mientras te miro y muero, amor,
y de tanto amar me resucito,
y me sanas y me dueles
con una herida grande y luminosa
de la que sano y no.
Cuando te extravíes en la luz de tu hermosura,
no te ocultes dulce en el orgullo,
no te eleves sola y deja que te aszunte
aunque a mi torpe lengua le falte silabario;
pero la voluntad es grande,
pues eres mi mordida y mi mordaza
y tengo compartida tu belleza en un anuario
escalonado a la luna.
Pepe Martín
2 comentarios:
LLevaba tiempo sin dar una vuelta,
por su barrio de poemas
hasta que ahora,
sin querer,
vini, vidi, y me senté
a preguntar cómo le trata la vida.
Según veo, bien,
porque escribe en su estilo
dando luz a los que somos
a su lado, enanitos
de la poesía.
GENIAL don Pepe.
Gracias Comunero, en la poesía todos somos iguales, es decir, poetas. Gracias por tenerme en tan buen concepto, lo cual demuestra que es una excelente persona. Un fuerte abrazo, Pepe
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