
ÚLTIMO BRINDIS
Como soy bastante espeso
permanezco tendido
en el fondo del vaso
aguardando el postrer
golpe de sed
que me lleve con la sedienta muerte.
Alzo mi herida
por aquellos livianos espíritus
que alzaron sus alas ligeras,
que entregaron sus vidas voluntariosas
para llegar antes al borde
del vaso de la muerte.
Amigos míos:
¿por qué fuisteis tan ligeros?
¿por qué entregasteis
la mejor solera,
la esencia de la uva de vuestra vida
al apremiante gaznate de la muerte?
Por qué os fuisteis,
egoístas de vuestra gloria,
lejos de nuestra pena,
envolviéndonos en la negra cola
de la percha descarnada
y húmeda del llanto.
Pepe Martín
2 comentarios:
Siempre los echaremos de menos...
Salud, amigo.
Gracias amigo CabezaDeMonte, siempre será notable esa intención, Un fuerte abrazo,Pepe
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