jueves, 18 de septiembre de 2008

ETERNIDAD




Jean Michael Jarre - Oxygene I.mp3


La muerte, la nada tiene un principio
de amor de nido y placenta.

Tras la última gota de tiempo,
la onda liquida humana de su nada
se esparce redonda y diluida en lo inagotable,
su humeante eternidad sin puertas
airea sus mechones de niebla tras la vida
por el pasaje sin peldaños de la muerte.

Con ella nuestros pantanos anímicos
siguen sus cauces,
y las válvulas y trotes
del potro de nuestra sangre,
paran sus pulsos.

Oh, eternidad sin límite,
adivino tus prados de leve pretérito
tras estos muros,
tras este adobe mío de carne y hueso
clavado en tu tierra como un menhir.
Adivino tus fuentes de suspiros genéticos
tras estas puertas de velo rojo
y osamenta amarilla.

Siempre estuve obligado en vida,
tras el túmulo piramidal del cuerpo,
a ser el oyente forzoso
de la voz sin onda de tu silencio,
estuve obligado a curiosear
la mirilla ciega de lo incomprendido.

Entre los bosques humanos de fibra y huesos
corre el alma con la vida
como ángel que cuida a su cachorro
en brevísimo murmullo.

El hombre, en su inicio a la micro existencia
pone su vida en banderilla
al toro de la vida.
Sólo la lamparita del alma
luce su presente de estrella
por los lagos del universo.

La muerte,
en su escalofriante nada
tiene un principio
de amor de nido y placenta.

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