que aquél del que aspiro
la postrera caricia.
Cuando la calandria muera.
Cuando la calandria muera.
Cuando el viento les silbe su vals
a nuestras almas emigrantes
abrazadas en la danza
de nuestro amor aún en vida,
ya lejos del cuerpo perdurable de la tierra.
Cuando tú ya no existas.
Cuando yo me haya ido
reconoceré tus besos
sobre mi tierra ocupada.
Mi corazón seco y oprimido
Mi corazón seco y oprimido
se templará de ti,
de tu extinguido aliento,
y se hará enredadera que te busque
para aferrarse al no olvido
y a tu eternidad amorosa.
Y sentirás en las resonancias de mi boca
Y sentirás en las resonancias de mi boca
que se hacen raíces para germinarme de ti,
savia de mi vegetal eterno.
Como una mano, amada mía,
Como una mano, amada mía,
que se ahonda en tu cuerpo
reptando hacia tu alma.
Como un náufrago me asiré a tu tierra
de entre mis cuencas de oscura mirada,
ya sin tiempo para vernos.
Deja que te recorra toda
Deja que te recorra toda
como hierba consorte,
que deguste en ti las glorias pasadas
para proyectarlas en futuras.
Cuando tú ya no existas,
Cuando tú ya no existas,
cuando yo me haya ido,
hagamos de la tierra
nuestro acogedor lecho
y démosle hijos como brotes
cuando la rueda del tiempo chirríe
bloqueada en despedidas.
Nunca es demasiado tarde.
Nunca es demasiado tarde.
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