Tus ojos me lo pidieron
con desafío de amantes
y te dije en mutuo acuerdo:
Quiero aprenderte en mis manos,
con los brotes de mi cuerpo,
mi deseo sin control
y por raíces mis dedos,
mis ojos bajo tu piel
buscando siempre un te quiero.
Y me respondiste abierta
Y me respondiste abierta
y rodando por el lecho…
Toda mi boca obediente
Toda mi boca obediente
con tu líbido de acuerdo
Me bebí tu esencia viva
por sacarte los deseos
por la vía ultravenosa,
quemado de puro infierno.
Y te sentí victoriosa,
Y te sentí victoriosa,
y te aprendí en el empeño
sin mis ojos depredantes,
errantes de mis ensueños
a tu inmediata cintura.
Mas de pronto me apagaste
Mas de pronto me apagaste
al filo de tu cornisa.
¿Di en qué rictus se esconde
la vanidosa sonrisa?
¿En qué muesca se diluye
coqueteando tu risa?
¿En qué hospital se conduelen
tantas pasiones vividas?
Y me dejaste entreabierta
Y me dejaste entreabierta
la tumba de un ¡no te quiero!
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