Hace tiempo imaginé que te amaría…
que descubriría en ti las notas de mi canto
y los eróticos átomos de la palabra: ¡Amor!
Tu ausencia fue quemarme vivo en tu abstinencia
que descubriría en ti las notas de mi canto
y los eróticos átomos de la palabra: ¡Amor!
Tu ausencia fue quemarme vivo en tu abstinencia
Me asesinó no mirarte
en la vigilia de mis noches y noches
La esfera de cristal, el embrujo de tu imagen
cuando aún no eras mía,
me inflamó el rescoldo que hoy estoy viviendo.
Porque el tiempo no cura
y hoy ya puedo concretarte en mis manos
y amarte y soñarte en el momento
en que estoy enraizado en la imagen que adoré.
He descubierto, por ejemplo,
las notas de la canción besada de tus labios
y las líquidas sirenas de las huertas de tus ojos de mar,
donde faenan los esmeraldinos pescadores
del pez de mi alma. Mirarme en tus pupilas
es como echarme fuego encima,
como beberme el cielo
en los líquidos versos de tu mirada.
Se pierden en mi mente los anhelos de tu imagen
cuando hoy la sobrepasa
la libertad de alas que pones en mi vida.
Y pronuncio tu nombre
y el aire se me hace pétalos,
átomos vivos que me electrizan la sangre,
que aunque me ahogan de emoción,
voy tras esa palabra como una colmena de mariposas.
Porque tu nombre es miel, libertad
y crucifixión de mi pecho.
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