miércoles, 5 de diciembre de 2007

LETANIA A LA DIOSA MADRE




Era - Ameno.mp3



Tú lo eres TODO y te llamamos MADRE.

Curva delicada y recta mítica.
Constructora de moléculas habitadas de aliento.
¡Ven! Entona a los ruiseñores de tu divino despertar
y purifícame en la estela que arrastra tu persona.
Ten en cuenta mi veneración sumisa,
siempre adorante a tu negrura.
Cargo sobre mis hombros
esta profunda devoción insomne
bajo tu cúpula de bienaventuranzas.
¡Oh, diosa de ébano que con tu aliento de fuego
animas mi crisálida invocante
que revoloteará la aureola que te corona;
porque tú eres antorcha de mi oscuridad.
Cada uno de tus pasos se alfombra de rosas
como las que te coronan.
Por ti cada uno de mis ruegos
me es devuelto en un éxtasis.

Tú lo eres TODO y te llamamos MADRE

Desátame los ojos con los nódulos de luz de los tuyos
que aclaman tu presencia, para que adivine en ellos
el temblor de tus estrellas
Déjame que alce y manifieste el fruto
que te dice vientre en la custodia de mis manos,
para que se me reconozca sangre
derramada de tu granada vital.
Levanto mis ojos arrasados a tu inmortal belleza.
Spiritus Mundi femenino que asciendes
de tu fértil caos para organizarte en elementos.
En soplo inmaculado a tu materia tu loto
quedó intacto frente al cielo
alentados tus perfumes.

Tú lo eres TODO y te llamamos MADRE

Vaso inagotable que nos das como fruto de tu vientre.
Vaso hambriento de sol que te derramas rocío.
Cuenco del espacio donde la vida es tu feto.
Los recónditos gnomos de tus aguas
son tus orfebres de vida.
Guirnalda celeste nimbada de estrellas.
Ánima Mundi, “Wouibre” de la tierra, Sierpe benefactora,
que conspiras amor para florecerte Madre,
deposita sobre mí la lengua de fuego de tu estrella.
Betylo vivo que te pares piedra
para otorgar tu fertilidad.
Tú eres la hembra nimbada de estrellas y auras
en el camarín del universo.

Tú lo eres TODO y te llamamos MADRE

Muéstrate sólida espejo de luna,
espejo de marfil trifásico y triforme
donde se miran las edades.
Tú, diosa nacarada y de ébano
sentada en tu cubo de piedra.
Roza mi piel y me extenderé nuevo Athis
como prado en primavera,
y seré león que arrastre el carro de tu divinidad.
Erótica piel que envuelve al universo.
Torre de alabastro de sugestivos hombros.
Seno en la tierra y madre dolmen
que da la muerte ocasional y la vida ciclada.
Don del placer, oración que musita la carne sagrada
en juventud que arde por amor.
Silencio musicado y orgía silenciosa.
Acurrúcame con tu tierno cantar de madre perenne,
de sempiterna esposa y arrástrame a ti en incesto de vida.
Por que tú eres nuestro TODO
aunque te llamemos MADRE


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