miércoles, 31 de marzo de 2010

SEDUCCIÓN


SEDUCCIÓN


La conquisté por soltera

cuando ya estaba casada,

casada pero ligera…

pero ya tenía atada

su cadera a mi cadera

y su nalga con mi nalga.


Y quise volverme atrás

envolviéndola en tinieblas…

mi llanto la fue a lavar

haciendo de mala, buena…

quitándole el antifaz,

me eché en los ojos arena.


No pude volverme atrás

quemado por su silueta,

y me dejé engatuzar

por el roce de sus tetas,

la miel de su paladar

y el roce de sus dos piernas.


Pepe Martín

domingo, 28 de marzo de 2010

TU PRIMAVERA


TU PRIMAVERA


Oh mía, bien amada, regresa en tu equinoccio

por la senda estelar que te guardo en mis sueños,

que tu fuerza de amar propague en mí su aliento,

y nunca sufra más sin esa primavera.


Yo siempre me he creído que se hallaba en mi entorno,

como el éter del aire, tu escondida mirada,

yo siempre me he creído que tú renacerías

como un rocío verde que alimente mis ojos.


Aguarda por mis manos la savia dolorida

donde me brota el tallo del ave enamorada.

Plagie el eco mi canto y la niebla tu aroma

y se vista la noche las sedas de tu pelo.


Vendrá tu primavera de pétalos de rosa,

de sarmientos de oro, cuadriculados prados.

Yo siempre me he creído que todo iría bien

lejos de todo mal y atados al silencio.


Vestirá tu agua brillos cantores y de espejo,

tu imagen alocada que quiere estar conmigo.

presos de aquella fuente donde vernos y amarnos

fotógrafos del agua de misterioso fondo.


Ábreme con tiento las puertas del gran gozo,

porque oculto en mis años tan sólo soy un niño,

busco entre tus pechos la dicha de mis manos,

contacto con las flores que tú me comunicas.


Átame como toro al tronco de tu higuera,

espolea el caballo perdido hacia tu casa,

y sé tu la halconera de mi recuerdo mudo

que se posa en tu hombro sumiso para siempre.


Pepe Martín

miércoles, 24 de marzo de 2010

PRESENTE


PRESENTE


Yo quiero ser la carne que caliente,

la estatua de tu cuerpo que se hiela,

quiero ser de tu frente caracola

que, tras tu muerte, siga en ti presente.


Aún no se si es otoño o primavera,

si este es mi infierno o es mi gloria,

si este delirio mío es letanía

y yo me encuentro muerto y tú presente.


Aún es mía la mano compañera

que me tañe la prima que te ama,

tuyo es el adagio que me abruma,

porque estando muerta estás presente.


Tuyo el tiemblo de mi alma palpitante

que en la distancia mucho te requiere,

tuyo el enervo y esta arritmia loca

de un corazón que, vivo, es tu presente.


Tuyo el recuerdo y tuyos los aromas

que en flor enloquecían nuestros cuerpos,

húmedas nieblas cubren estos ojos,

que aunque muerta, te quieren ver presente.


Aún es tuyo el labio que te besa,

que recita tu cuerpo y sus donaires,

aún me sangra la raya de la boca

deseando la tuya tan presente.


(Pepe Martín)

domingo, 21 de marzo de 2010

TÚ, YA NO ERES TÚ


TÚ, YA NO ERES TÚ.


Pero tú ya pasaste,

y aunque mi alma aún te guarde intacta,

tú, ya no eres tú,

esta noche no me vengas con tus cuentos

aunque me veas girar la ruleta del tiempo

conservando el idilio que ahora es tu pasado.


Tengo colgada en mi alma el viejo cuadro

y estoy sentado enfrente de puntillas

para no desgastarlo.

Quiero seguir amándote cual eras…

viva perduras al alcance de mi mano,

he conservado intacta tu piel de pétalo,

rosa desnuda,

aún te siento tibia entre mis brazos.


Me vienes envuelta en tormentas de arena

trayéndome desilusión, propuestas de olvido

y el estrabismo de otros sentimientos.


Vienes con una marea de palabras y uñas

retorciendo el diámetro de mis círculos

como bípeda humana

de cola corta y cuernos largos

teniendo como oficio ser escombro caminante.


Déjame las buenas intenciones de alas blancas

sin que sean derretidas en tu vuelo

necrópolis de ideas y desinfladas palabras.


Deja yacer aquél amor

tan finamente muerto,

aunque yo lo tenga resucitado en mi alma.


Vete, vete y recuerda lejana tu fortuna

entre huesudos ceros.


Pepe Martín

jueves, 18 de marzo de 2010

TE AMO


TE AMO

Te amo llanamente, así de vehemente,

porque no se amar de otra manera.


Te amo con temblores de agonía

que aguardan resucitarse.

Con oscilaciones de sombra

que hacen vibrar el alma.

Como el germen de la belleza

que aún no se ha propagado.

Como la tierra ama a las fugaces lágrimas

del cielo que la hieren.


Te amo ferviente y socavado

con la ansiedad del grisú

que aguarda su chispa.


Te amo como la encendida ave

que arde cuando canta.

Con la sed de la tierra

por la sangre vertida.

Con el hambre del cuchillo

que silba por el aire.


Te amo con las manos, con los dientes,

como un perro desea el hueso

que le redime del hambre.


Te amo como la cresta de fuego

al pino donde alargarse.

Como los juncos cantores

aman a su viento.

Como la fría escarcha

que busca calentarse.

Te amo constante como el agua

que se alimenta de piedra.


Ay, que hambre de tu cuerpo

cuaja la sangre en mis venas.


Pepe Martín

lunes, 15 de marzo de 2010

TERREMOTO


TERREMOTO

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

(Cesar Vallejo).


Caballo, caballo negro, caballo.

Hay desastres en el mundo… ¡que vaya, vaya!

Caballo hijo del odio,

que remueves las entrañas de la tierra,

caballo de grietas y temblores,

devorador de vidas y almas.


Hay desastres en el mundo… ¡que vaya, vaya!

Moviendo está la ruina sus sombras siderales,

la negrura más firme asola el progreso,

el miedo seca al mundo cuando relampaguea.

¿Quién revienta?

¿Quién sufre una muerte de cristales?


Caballo imán poderoso que comes edificios,

eres dueño de un sentimiento hostil que sobrecoge,

tus patas de acero muelen el cemento

rajando como papel el duro asfalto,

tus febriles incisivos ramonean la vida

sembrando confusión y desesperanza,

resaca de todo sufrimiento.


El terremoto está en su obra,

del abismo ha salido con su sumo de muerte

de polvo, agua, fuego, hierro y piedra,

el caballo suda muerte con su fiebre de desastres.

¿Quién sufre dolor de alambre

por los escombros sin calle?


Heraldo de Apocalipsis,

Anticristo de las almas,

abres zanjas, derrumbas piedras

arrasando a una civilización de mantequilla

mientras tu pesado lomo

es cabalgado por la muerte.


Tú abres el pozo de la blasfemia

de alguna fe profunda que de tus actos reniega,

tus pisadas sangrantes son el ascua

que en la trampilla del infierno nos quema.


Víspera del averno,

tu sombra exige relámpagos de vidas,

quiere fundidas las gargantas

con todo un firmamento de notas ateridas.


Y aunque arriba se acumulan los luceros,

abajo la muerte paladea su sabor a tuétano

que brota de su amasijo de ruinas

y del hambre galopante estremecida.


Caballo, caballo negro, caballo,

como un huracán de enloquecido lecho,

repartes sed, derrochas hambre,

propicias la rapiña y el engaño,

este es el pozo de tu sangre difundida.


Tú provocas el abrazo cerrado del cemento

y enciendes la noche con tu sorda hoguera

de gaseosas llamas y eléctrica embestida

para que a tu alrededor

el grito suene como una trompeta.

Amasijo de maderas, animales y hombres

la mar vomita sus orillas,

el abismo devuelve el ardor de su intestino.

¿Quién no teme al sunami y su acogida?


Demacradora de gestos,

se espera la réplica

como una pantera que traiga la muerte

sobre los techos.

Y uno dice: -no es ahora-,

cuando aparece hambrienta

con su terrible aliento

machacando lo machacado.

Hay desastres en el mundo… ¡que vaya, vaya!


Pepe Martín.

miércoles, 10 de marzo de 2010

ÚLTIMO BRINDIS


ÚLTIMO BRINDIS

Como soy bastante espeso

permanezco tendido

en el fondo del vaso

aguardando el postrer

golpe de sed

que me lleve con la sedienta muerte.


Alzo mi herida

por aquellos livianos espíritus

que alzaron sus alas ligeras,

que entregaron sus vidas voluntariosas

para llegar antes al borde

del vaso de la muerte.


Amigos míos:

¿por qué fuisteis tan ligeros?

¿por qué entregasteis

la mejor solera,

la esencia de la uva de vuestra vida

al apremiante gaznate de la muerte?


Por qué os fuisteis,

egoístas de vuestra gloria,

lejos de nuestra pena,

envolviéndonos en la negra cola

de la percha descarnada

y húmeda del llanto.


Pepe Martín

lunes, 8 de marzo de 2010

MUJER DE RAZA


MUJER DE RAZA.


Tu rostro está marcado a fuego en la esperanza

y es el primer rayo de la aurora

que desvanece las sombras de mi noche.


Tu rostro se hace eco de una raza

que ríe, sufre y canta nanas,

tú eres el estandarte de un pueblo

que arde y no se apaga en el orgullo.


Desde hace, la tierra es tu matrona

y te colmó con toda su realeza.


La tierra está en ti de ojos abiertos

y tú siempre existes donde quiera,

hace mucho que la Madre te conoce,

mujer de cobre y de madera.


Y porque eres como el arroyo que viene a mí cantando,

tengo que amarte

y porque eres sol, oro, miel y vino,

racimo de la solera sustancia

tengo que beberte.


Eres compacta criatura con la tierra,

como el sufrido olivo,

como la esbelta palmera

de raigambre poderosa e ideas libres.


Mujer repujada en las penurias

que eres, de la sombra, ventana abierta

y parto y luz de estupefacta carne.


Tus ojos se derraman, noche y delirio

de estrella y plenilunio,

por ellos vaga la constancia y lazo de los míos

cuando te miro, amor,

cuando te miro.


Pepe Martín

domingo, 7 de marzo de 2010

PREFIERO ENUMERARTE


PREEFIERO ENUMERARTE

Me falta eternidad para ensalzarte,

mi alma está de ojos abiertos

para contarte, enumerarte y editar sabiamente

en mis poemas cada una de tus partes.


Algunos quieren vivir con el conjunto

pero a mí no me basta, prefiero los detalles,

te quiero en un film rodado desde los pies al alma.


Te quiero centímetro a centímetro

discerniendo entre pelo, piel y sangre

mientras te miro y muero, amor,

y de tanto amar me resucito,

y me sanas y me dueles

con una herida grande y luminosa

de la que sano y no.


Cuando te extravíes en la luz de tu hermosura,

no te ocultes dulce en el orgullo,

no te eleves sola y deja que te aszunte

aunque a mi torpe lengua le falte silabario;

pero la voluntad es grande,

pues eres mi mordida y mi mordaza

y tengo compartida tu belleza en un anuario

escalonado a la luna.


Pepe Martín