¡Me duele más la perdida juventud
que la vejez en la espalda!
que la vejez en la espalda!
Ahora estoy condenado
a descorrer oscuridades
por los aplazados “flash”
de mi juventud perdida.
El tiempo es una distancia
de velos, sombras y olvidos.
a descorrer oscuridades
por los aplazados “flash”
de mi juventud perdida.
El tiempo es una distancia
de velos, sombras y olvidos.
Entre la pena y la rabia
vivo esta existencia serena
encontrando consuelo en una vida
que ya, gota a gota se me cae.
Tengo en raíz tajante
lo quedado y lo ido,
y siento que cuanto es mi presente,
es lo agraviado.
lo quedado y lo ido,
y siento que cuanto es mi presente,
es lo agraviado.
¡Oh, juventud, rosa ingrata,
que a quien más te aprecia hieres
por las fronteras del tiempo espino!
Murió la joven rosa,
pero me dejó sus pétalos disecados
en el viejo cuaderno de mi vida.
Quise frenar tu marcha
entre ficticias pasiones…
hasta que colgó mi carne de mis huesos
como una gabardina.
que a quien más te aprecia hieres
por las fronteras del tiempo espino!
Murió la joven rosa,
pero me dejó sus pétalos disecados
en el viejo cuaderno de mi vida.
Quise frenar tu marcha
entre ficticias pasiones…
hasta que colgó mi carne de mis huesos
como una gabardina.
Heme aquí dispuesto y avariento
para vivir lo exactamente necesario
en esta vana fatiga
de remodelarme a mí mismo,
voraz de vivir a cualquier precio,
aunque sentado en la tranquila complacencia
de mi edad achacosa.
para vivir lo exactamente necesario
en esta vana fatiga
de remodelarme a mí mismo,
voraz de vivir a cualquier precio,
aunque sentado en la tranquila complacencia
de mi edad achacosa.
Seguiré perseverante
en el desastre progresivo de mi cuerpo,
con él instalado
en una amnesia general de primaveras,
con mi ser instalado
en una estructura de mutaciones flaqueantes.
en el desastre progresivo de mi cuerpo,
con él instalado
en una amnesia general de primaveras,
con mi ser instalado
en una estructura de mutaciones flaqueantes.
Al otro lado de la pared
quedan lirios y crisantemos,
y yo desde este lado me afano inútilmente
en emparedar su ventana.
quedan lirios y crisantemos,
y yo desde este lado me afano inútilmente
en emparedar su ventana.
Aún me encuentro anclado en la vida
consciente de que he sido su accidente.
Soy como un error no previsto en el futuro.
Y al límite de la carne
me ausculto las venas en la cólera triste
del que más pronto que tarde,
será desahuciado.
consciente de que he sido su accidente.
Soy como un error no previsto en el futuro.
Y al límite de la carne
me ausculto las venas en la cólera triste
del que más pronto que tarde,
será desahuciado.
Por la cerradura mortal de mis años,
la muerte ojea su apertura
comiéndoseme hasta los huesos
para que queden de escayola,
en una calvicie de dientes de plástico,
de mirada inquietantey profunda,
sin ojos que oculten la descortés desvergüenza
de una despedida sin tiempo.
la muerte ojea su apertura
comiéndoseme hasta los huesos
para que queden de escayola,
en una calvicie de dientes de plástico,
de mirada inquietantey profunda,
sin ojos que oculten la descortés desvergüenza
de una despedida sin tiempo.
¡Me duele más la perdida juventud
que la vejez en la espalda!
que la vejez en la espalda!
3 comentarios:
nadie, nadie
salvo tu
puede privarte de soñar
exprimete a ti mismo
y no cejes en tu empeño
puedes recrear la vida
la belleza
y esa tormentosa ansiedad
que te corroe hasta la muerte
no te olvides compañero
que estas vivo en el vivir
y ese mundo etéreo
atado a tu cerebro existe
existe para mi, que te encuentro
escondido en esas letras tan sombrías y sinceras
no pienses, sólo dedícate a sentir
que el sentir no tiene muros ni límites
ni pena, ni rabia
pierdes la juventud
pero ganas la riqueza
de cada uno de los sentimientos
que te atreves a vivir
y si mueres
intenta resusitar
ahí te espero
corrección: resucitar
Gracias Evita por tu entrada,perdona que no te haya contestado antes, ya sabes que soy torpe para este medio.
Como siempre estás en lo cierto, tal vez me cogió en un momento de moral bajo. T Q M Besitos
Publicar un comentario