lunes, 8 de junio de 2009

LA SANGRE NO MIENTE



LA SANGRE NO MIENTE

Bien teñida,
bien domada,
bien oculta en la carne
la morena simiente.
Pero esa luz negra de melaza en los ojos
sólo la segrega
la sangre candente.

La planchada melena,
la nariz romana,
la pálida frente,
el gesto diluido a la europea
en su pose indolente,
el cuello de nácar,
la piel transparente…
Su curva sensual,
su cintura ovillada y cimbreante
a guanábana, pantaleta, piña y caimito…
por su sangre presentes.

Pero en reinando la luna…
¡de embrujo y delirio hierve!
y el ritmo de oscuros atabales
son sortilegios de sus oscuros parientes,
sus senos templados
se vuelven dementes,
su vaho de gran hembra
se diluye hecho fiebre,
desde el talón a su pelo,
desde la matriz a su frente,
se le hace depredante
su sangre caliente.

Y es que la envoltura es una,
pero la sangre…
¡la sangre no miente!

Pepe Martín

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