sábado, 27 de febrero de 2010

DESEADA

DESEADA


¡Deseada!

Pienso yo que correrá distinta el agua

cuando sumerjas tu cauto cuerpo en la fuente

para que su cristalino acorde te vista,

divinidad de alabastro.

Y emergerás mas garza,

más cisne,

más loto florecido,

aparecerás distinta de armonía,

porque el agua te habrá cantado

su canción de cristal y de madera.


¡Deseada!

El agua se retraerá bajo los pies pulidos

y retozará en ondas divergentes

cuando el muslo llegue,

y te cubrirá gloriosa con un manto de rocío

el fuego femenino,

la rosa de la carne,

los pezones de hielo.


¡Deseada!

Vas a llegar distinta

diosa de porcelana,

con nuevas luces,

nueva pureza

y más dame lo que es mío

en el deseo.


¡Deseada!

Reverberada ola de espuma,

con señales de yodo florido

de sobrevivientes aleluyas

a cuerda y flauta.

Pancarta de la belleza,

sobreviviente de la nada,

temblor de pureza

que haces extraviar mi brújula

y crepitar mis carbones de piedra.


¡Deseada!

Después de todo, el fervor existe

con mi adoración en primavera

cuando brotas del agua.


Pepe Martín

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