miércoles, 10 de febrero de 2010

SAN VALENTÍN


SAN VALENTÍN.


Te han dejado por patrono

a un gran santo y un infante,

tanto monta, monta tanto,

San Valentín como el Ángel.


Santo con tintes de Eros,

ojo de altar y de alcoba,

nudo de los Valentines

que en Inglaterra era boda.

Santo que casaba a oscuras

a los soldados de Roma,

controlado y perseguido

cristiano como una roca.


Patrón de las aves nórdicas

que procrean en tu día,

dando a los blancos troncos

promesas y algarabías,

pinta el amor en las copas,

la cópula canta y trina,

para crear las legiones

de los bosques maravilla.


Amor se cuela en el pecho

por sus montes y sus lindes,

con la misma suavidad

que entra el fruto de las vides

recalentando la sangre

en alas de un no me olvides.


El amor es un cuchillo

abandonado en el aire

al que todos tienen miedo

y con quien quieren cortarse,

algunos casi se mueren

sin tener donde ocultarse,

pero es una muerte dulce

donde poder calentarse,

y es en su cresta de fuego

donde el ciego niño yace.


Savia que anegas la tierra

como si fuera un estanque

donde el pez que es tu agraciado

lleva candente la sangre,

sangre que alegra la vida

o la vida hace vinagre

pregonando escepticismo

en las sandalias de nadie.


San Valentín no me olvides,

que no haya sombra ni esquina

donde de ti me deslinde,

que quiero entrar en un pecho

donde el frío se me quite.

y en caso de dar con hielo

dame el vaho que derrite.


Pepe Martín.

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