domingo, 9 de noviembre de 2008

EL ANILLO DE TU ALIENTO



Como el Espíritu Santo es tu palabra,
blanca y llena de fuego.
Pálido lirio con alas amarrado a mi alma.

Pájaro de mi mente que tarde llegas
y pronto te vas
sin que las manos de mis ojos te acaricien.
Cada anillo de tu aliento lleva mi amor repujado,
vienen a mi las alas de tu empeño
dejándome empapado en su lluvia
de ígneo amorforja encendida en propia llama.
Sólo quiero esa palabra,
ese obsequio sangrante de pasión
que se me haga racimos
y embriague las noches de mi lecho.

Una palabra como una sonata
vehemente en mis oídos
sugerencias anheladas que por queridas
caerán de maduras.

Una palabra elegante de túnica sonora
que en mis noches de agonía riele en mis oídos
como un cisne de luna.

Una palabra blanca, o mejor, un delirio
diluido por mis tímpanos
que me chorree su fuego hasta carbonizarme.

Una palabra balsámica,
sanadora de mis muertes,
que conforte mi alma incompleta.

Como el Espíritu Santo es tu palabra,
blanca como la luna,
roja como un incendio…

No hay comentarios: