domingo, 31 de mayo de 2009

VENDA DE NOSTALGIA


VENDA DE NOSTALGIA

Cuando no estás conmigo,
estás en mí,
porque a ciegas te persigo
como antena de insecto
para que incendies mis alas,
para quedar en ti muerto.

Soy como un topo que hurga en tus raíces
porque mis manos se saben tus pretéritos.

Una venda de distancia precinta mis ojos
pero mi deseo articula mis dedos
para modelar lentamente
tu carne extendida por mi cuerpo.

Y entonces mi ceguera no es tal
sino, más bien, puro sentimiento,
y sé de tu cuerpo palpitante,
del temblor de tus labios
y de tus senos despiertos,
de tus mejillas encendidas.
Y sé de la lluvia por tu pelo,
del relámpago de tus ojos
y de la llama de tu aliento.
Y sé del precinto de mi alma
que es tu imagen del espejo.
Y sé que te estiras de pasión
como una gata en celo.
Y sé de tu pecado que es mi gloria,
mi gloria y mi contento.

Hacia ti siempre,
vacilante pero cierto,
abalado por los cómplices del tacto
que son mis manos y mis dedos.

Hacia ti sin horarios de tren,
siempre en el kilómetro cero,
sin asunto depresivo,
sin echar en falta el alimento,
porque siento el jugo de tus frutos
por mis venas y mis huesos.

Una pasión de cama en primavera,
una pasión de recuerdos,
donde te siento, te palpo
y te contemplo,
porque eres una conmigo,
conmigo aunque esté ciego
con una venda de nostalgias
y tu aire sobre mi ensueño.

Pepe Martín

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