¡Ya están aquí los potros azules de mi noche!
¡Ya me encuentro como una espiga abatida sin raíces!
En esta glorieta de papel donde la adoro
En esta glorieta de papel donde la adoro
desplomó su marfil mi cielo diurno.
Sobre mi ultramar azul se alza como dama-ola impoluta
y el violín de mi escrito lo hace sobre el acorde del verso.
Bajo la alfombra del bosque las cornisas de los muertos.
Bajo la alfombra del bosque las cornisas de los muertos.
Se coronó la luna en la sien del difunto
con llanto de ceniza y túnica rota,
esparcida como leve escarcha desvalida y sin estrellas.
La visito a diario como tesoro de avaro
La visito a diario como tesoro de avaro
para contarla como un aliento anillado de oro
que no tiene equivalente.
Oh, rosicler de carnes invisibles,
oh, temblor de mis hojas sin amanecer.
¿Donde queda su vuelo de corza por mi sangre?
Un toro de sombra corneó mi costado,
mi torso nimbado por ella de verde olivo.
Lloro la pubertad del mar y de sus huertas
Lloro la pubertad del mar y de sus huertas
y las vidrieras del cielo quebradas en olas.
El cielo se me ha cerrado como cantera de piedra
y mis ramas desgajadas en él serán quemadas.
¿Cómo escalar sus muros sin la agreste rama de su vida?
¿Cómo escalar sus muros sin la agreste rama de su vida?
Me acogeré a su alma, fría de ella que no la encuentra.
Al recordar su vuelo de corza por mi sangre,
Al recordar su vuelo de corza por mi sangre,
bramo oscuro como mar sin su aurora
sin una luz naranja exprimida por sus guiños.
No, no arañéis en las piedras de mis víboras,
quiero mi alma desahuciada de los tubos de mis venas,
estoy decidido a ir a ella con pulso de cuajar y segundero,
y cuajo el dolor de imaginar que al hacerla presente
pueda alargar el sol de mi vida.
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