jueves, 18 de septiembre de 2008

TU APOSENTO CARDIACO


Abre el aposento cardiaco
dolorido y huérfano,
que bajo un candil de ilusiones
parpadee rojo.
Aún queda en tu pupila
mi recuerdo mal grabado,
obsérvalo arrinconado y encogido
bajo la guadaña del tiempo.

Cuando la oscuridad converge en sombras,
se apaga el mundo
y en el rumor del silencio derramado
se enciende el misterio y su locura
quedando mi amor
deshilachado en el aire
entre sábanas de hielo materia
y muerte a media hasta.

Oh tú mi enfebrecido pájaro nocturno
cuyo aliento cauteriza,
cuánta demencia guardas,
siempre tú aliado a un diablo
de guante blanco y rostro de luna.

Mira mi pecho de oro duro
y flor sangrante de granado
que te abre sus terciopelos.

Deja que como un ciego deletree tu piel
de encendidas y ondulantes dunas.
Que me bese el ansia de tu boca.

El beso en ti es la más pura de las entregas
que con su néctar obceca y embriaga.
Mi pasión es una presa
que se alivia en tus cauces
y desborda en tu cama.

Abre el aposento cardíaco
dolorido y huérfano
para que mi reloj se despierte
y mis dientes muerdan sus palabras,
y te verás envuelta
en las venenosas cautelas de mi tacto
que deshojan los pétalos
de tus senos y tus muslos.

No hay comentarios: