jueves, 29 de marzo de 2007

EL BARCO Y LA ARENA


Noches de arenas azules
buscando el alba en silencio,
noches de pasión sublime
frente a las luces del puerto.

¡Ay, playita malagueña,
playa de cuarzo y luceros!
¡con qué gusto yo sería
larga quilla de un velero
para hacer de noche y día
surquitos sobre tu suelo!

Y si la noche reinara
en nuestro mar de silencio,
yo me dejaría querer
por las aguas de tus besos.

Y cuando el sol con sus rayos
diera muerte al universo,
te abrazaría hecho sombra,
tu sombra, barco velero.

¡Ay, si se acabara todo
menos tu mar y mi cielo,
qué gusto de amarnos solos,
tú, mi ola, yo tu viento!.

¡Ay, mi copito de arena,
susurrante agua de mar...
alfombra para mi quilla
cansada de navegar,
no serás pez de mi olvido
cuando me vaya a pescar!

Cuando venga de la mar
en trono de espuma y viento,
voy a montar una ola
para bañar tu desierto
prendiendo de caracolas
el espejo de tu cuello...
y me alzaré gavïota
para entregarme a tu lecho...
y al contacto de tu boca
notarás mi sangre ardiendo.

¡Ay, si se acabara todo
menos tu mar y mi cielo,
qué gusto de amarnos solos,
tú mi ola. yo tu viento!

Pepe Martín

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