Era - Era
Hoy la venda de la distancia diluye mis ojos en el tiempo.
Como la uña y la carne siempre te quiero,
Como párpado y ojo mi piel y tu cuerpo.
Como la llama y el deseo.
Como la pasión y el sexo.
Antes me abrazabas y te vivía trémolo,
hoy tiemblo y me abrazo a tus recuerdos.
Ya no puedo pedirte nada del aliento y el beso
ni aquellas noches de luna donde se rizaban los cuerpos.
Pero aún tengo la sangre rumiante de violines y fuego,
ahora corres como lava por el centro de mis huesos
y te llevo calada como un cuchillo en mi cerebro.
Ahora siento en mi pecho ansias de talar tus sueños,
y veo en su espejo la trémula ascua que cuece mi centro.
Como la estrella con su pulpo de rallos estás en mi universo,
palpitante de luz y vida aunque lejana en el cielo.
Antes me abrazabas y te vivía trémolo,
hoy tiemblo y me abrazo a tus recuerdos.
Pepe Martín
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