la corriente de la vida inundó sus pasarelas.
No veas orquestado el margen que se apaga,
porque el río es avenida de ramajes cortados
y mi orilla es el pizzicato
que queda empantanado en lodos.
Tus ojos son para mi muro siete trompetas
Tus ojos son para mi muro siete trompetas
porque soy de adobe y notas que desafinan,
y mi pasión es la ramera que se recuesta a la puerta
de mi Babilonia cimbreando sus caderas,
su crátera de fuego hace tizones las virtudes.
Oh, erguida luz del fuego que habito
Oh, erguida luz del fuego que habito
que mueve sus pasos inmortales por mi pecho.
Amapola del cielo de mi tarde y muerte de mi día,
Quisiera que fueras agonía de mis noches,
que restituyeras la vida al día de mis zozobras.
Sé que tu tacto se pasea por la dermis de mis letras
esperando muerta la resurrección de un muerto.
Pero yo no soy cadáver de levántate y anda,
porque estoy encadenado a mi tumba
y sus chatarras vitales.
El río es avenida de ramajes cortados
El río es avenida de ramajes cortados
y mi orilla queda empantanada en lodos.
mientras tu orilla recibe el humus de la vida
donde crecen los juncos indomables y alados.
Pepe Martín
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