
que desaloja con urgencia tu soledad sin mácula.
La antigua fisura causada por mi cuerpo
hoy se estaña y doy gracias a Dios por su milagro
acercándome a donde anidaste, mi cielo tan distante.
Hoy viene a ser testigo de tu entrega ilimitada
Hoy viene a ser testigo de tu entrega ilimitada
el cuerpo que en otro tiempo se esponjaba del tuyo.
aún me apuñala la mancillante herida
del cobarde que osó no valorar tu alma
y que aviva sus temblores ante tu templo de cristal.
Hoy solitariamente te me entregas
Hoy solitariamente te me entregas
sin que vengan a inquietarme tus preguntas.
La vaina indulgente se tragó el puñal de tu memoria
para abrazar al triste que ante ti se desenreda
y que en el fondo de sus ojos llora niño,
Hoy, herida aún de otros nombres ignorados
Hoy, herida aún de otros nombres ignorados
que en mi infidelidad ardieron largamente
y, no siendo consecuente con lo que oíste,
a pesar de todo, me entregas tu deshielo
en íntimos coloquios del jazmín y del agua.
Hoy un estero de amor nos une islas
Hoy un estero de amor nos une islas
pese al recuerdo de mi contorno en desenfreno,
y me tiendes tus puentes y anclas
como a naufrago perdido que te avista su tierra
para liberarme en la hora de tu sangre y de mi pulso.
Pepe Martín.
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