me aparecí a ti un poco diablillo…
No fies demasiado de otros cielos
que no sean los tuyos.
Llevo en mis ojos y garganta lluvias
de mi pasión contenida
que ha conseguido empaparte el alma
y lamerte la piel.
Tengo la boca seca de celo hirviente,
Tengo la boca seca de celo hirviente,
la siento como mojama sin tu saliva,
como rescoldo y ceniza de mi deseo
que me tala pudores y te busca.
Tú eres mía y yo soy tuyo
Tú eres mía y yo soy tuyo
en un amor que aprisiona hasta el entorno,
secante de tu sangre y de tus tintas.
Te quiero desprendida y dadivosa
con toda tu piel puesta entre mis uñas.
No enmudezcas tus sentidos
y dame la espada afilada y lenta de tu aliento
que se me haga surcos por la espalda.
Para que así nuestra alegría
tenga nuestras risas cumplidas y al completo.
Pepe Martín
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