Fairy Wings.mp3
Te marchaste y sé que tu boca me besa desde lejos
como hoja labial desprendida.
Sé que vienes a mí en la distancia porque tus ojos te traen,
aunque tu vida apagó su rostro y me vienes a tientas,
aunque tu risa ya no se enciende sino en su muesca,
aunque mi amor se quedó perdido en la extensión
de tu sonrisa.
Por ti caí de mi alma a donde la nada me cubre,
y te arrullo en el aire lejano de mi deseo ciego
aunque muerda mi arrogancia, pode mis instintos
y destemple mi empuje.
Perdido estoy como un ciego a tientas por mi cuerpo,
aunque puedes hallarme en un rincón perdido de tu alma.
Nuestra noche paró el taxi del ocaso y se bajó al alba,
y cuando la luna se albea muere la noche y nace mi martirio.
El dolor de mis brazos vacíos se me cuela al alma
y mi pecho hueco de luz, es tu vacío.
La soledad me circunda como colmillos de lobo
y me siento isla en un mar de soledades.
Me dejaré ir a la tristeza y que me lleve el llanto.
Mi vida dejaste inclinada y me despeño por ella.
De mi árbol soy hoja que mucho tiembla
y me siento ya pluma en el aire.
El espejo me dice que soy el retrato de mi fantasma
por la tumba de mi cuerpo. Sólo soy un suspiro muerto,
muerto esperando que tu amor se apiade y regrese,
y me cubra el rostro con su manto de dicha
para alzarme testigo enamorado desde mi cuerpo amante,
y me alzaré desierto y descarnado de mi cuerpo yacente
para que tus brazos se enfunden en los míos
y se adentren por mi cuerpo buscando mis delirios.
Ven, dame un aliento de amor que sea como un golpe de aire,
como un volcán de jazmines
que con su perfume incendien mis sentidos.
Ven, pulsemos el secreto resorte que los dos sabemos.
Pepe Martín
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