porque de ti me inundo y tomas la forma de mi recipiente.
Me sentiré rielar como aro de luna en tu agua
mientras el tiempo se nos desnuda.
Viene a mi tu deseo con forma de poniente aterciopelado
Viene a mi tu deseo con forma de poniente aterciopelado
para abrirme tu atardecer y las cremalleras de tus colinas.
Y voy a beber de la copa que cobija tu lengua la palabra amor,
Y voy a beber de la copa que cobija tu lengua la palabra amor,
y con la mía traviesa haré arabescos complicados, lúbricos,
plenos de vuelcos entre los reptiliceos apéndices que se entienden.
Voy a beber tu piel salobre y suave para materializarte en mi sangre.
Tienes tus cepos puestos por todos tus valles
Tienes tus cepos puestos por todos tus valles
para que no se escapen mis instintos en desorden,
me has puesto tu pasión por cebo
sabiéndome abeja apropiada para esa miel.
Aflojaré tu deseo hilo a hilo como un nudo ciego,
Aflojaré tu deseo hilo a hilo como un nudo ciego,
hasta que extiendas tus alas y me cubras,
hasta que tus senos se punjan urgentes y sedientos.
Te aspiraré los gemidos brutal y hambriento
mientras mis manos huyen a tus confines cálidos.
Las guirnaldas de tu carne abrirán sus rosas
Las guirnaldas de tu carne abrirán sus rosas
para que las vista yo solemne como un druida
que consagra sus fuentes ungiéndolas con su savia.
Y voy a gemirte el vals de mis instintos con un coro de jadeos
para elevarnos en un vuelo de azucenas.
Pepe Martín
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