MediterraneanNights.wma
Te saludo y siento que el alcohol de mis venas
Te saludo y siento que el alcohol de mis venas
se incendia con tu mano.
Sigo el mercurio de tus ojos
y el mensaje que me dictan es mi eco;
te miro y veo en ti mi cripta de lujuria.
Me están diciendo mis tactos sin tocarte
las dunas exactas que provoco
en tu nítido vientre y su sombra de dátiles.
Mi olfato te degusta
Mi olfato te degusta
y por los valles de tu espalda
dejo rodar mi aliento
como brisa de cálido oleaje
para que despierte la esponja de tu deseo
expansiva y absorbente;
y quedo a la espera
de que me devore tu pasión felina.
Quiero drogarme en el opio de tu lengua
Quiero drogarme en el opio de tu lengua
eufórico de labios sangrantes,
y atravesar como espía
la blanca formación del frente de tus dientes
para que provoquen la convulsión de mis sentidos
y puedan ser doblegados por tu carne.
Deja que mis dedos repten los declives de tu cuerpo
Deja que mis dedos repten los declives de tu cuerpo
y se pierdan emboscados en sus llamas.
Deja que se estremezca la carne
penetrante y penetrada,
para hacer de dos cuerpos envolventes
un cuerpo conjunto,
rueda y hierro templado de volátiles chispas.
Quiero bucear tu carne frenético de lujuria:
Quiero bucear tu carne frenético de lujuria:
deja que te muerda apasionado
cada una de tus rosas,
tu loco arco de placer de pétalos abiertos.
Déjame libar entre tus piernas
el lirio dormido de sonrientes labios,
Deja que galope tus abismos
con este deseo que mana y no se extingue.
Déjame dentro de tu cáliz
sin que valgan para nada los relojes,
donde el zángano de mi sexo
aquieta su vuelo y se adormece.
Pepe Martín.
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