ni picabas en mi plato,
ni las plazas de mi pecho,
ni los cercos de mis labios.
Y eso me dejó en suspenso…
Y eso me dejó en suspenso…
y eso me dejó anulado…
No me hablaba tu pupila
No me hablaba tu pupila
de suspiros y de llantos,
ni titilaban tus brillos
por mis juncos de desmayos,
no florecían te quieros
como lirios por mis campos,
y ya no ardía tu pólvora
que cauterizó mis labios.
Estabas pero no estabas
Estabas pero no estabas
mi querido Gorrión…
y eso me dejo en la sombra,
y mi pecho envenenó.
Pensabas sola y distante
Pensabas sola y distante
sin un punto de atención…
¡pasó un ángel sin minutos
y te tembló el corazón!
Sacrílego fue mi impulso…
Sacrílego fue mi impulso…
romper tu meditación
sorprendiendo al inquilino
que inspiró tal devoción.
Y ahora,y ahora sé que en mi tengo
Y ahora,y ahora sé que en mi tengo
aquello que a ti te falta,
que esperas que yo te entregue
lo que en mi arde, mi llama.
¿Y donde guarda mi canto
¿Y donde guarda mi canto
su negro duende?
¿eso que tú estas soñando
y te retuerce?
¿eso que falta en tu boca
y que no viene?
¿eso que tuesta la carne
que llaman muerte,
muerte de orgasmos de gloria
que a ti te enciende?
Pero hablando de rescoldos
Pero hablando de rescoldos
tienes la sed de mis ansias,
que sin ti tiemblo de frío
aun siendo lengua naranja.
Pepe Martín.
1 comentario:
Preciosos poemas, me encantó perderme por aquí. Déjame que te felicite por tu talento. Saludos. ;)
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