Armand Frydman - Rio..>
Fui a ti en delirante amor sincero,
sentimiento perdido
en la extensión sonriente de tu boca
que de lejos besaba
como hoja labial ya desprendida.
Pero me deshiciste en tu oleaje,
caracol de pasiones.
Tu risa ya no enciende sino en muesca.
Indolencia se ha hecho la cordura.
La siembra de mi verbo fue contigo,
contigo y se me ha mecanizado
palabra en la boca,
las otras más ligeras,
te las sembré en el alma y son olvido,
perdidas en lo angosto de la piedra
del árido camino.
Es su suspiro plomo sin más eco.
Flota el beso en un mar de iceberg.
Abro en caudal mis ojos como río
y riego mis pestañas
sin cerrojos de óxido o compuertas
mientras este dolor me descompone
en inmisericordes escaladas.
No creo que haya puerta tan amplia
abierta al inframundo.
Ni más perdida llave, la que abrió
cerraduras de miel en nuestra vida.
Ni asaltante eficaz
con su acero de hielo,
porque es su fermento en desamor
ácido cual calumnia.
Es mi reloj de arena
de las doce en punto
y aparte de guitarra acompasada
que redobla mi muerte.
Pepe Martín
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