sábado, 28 de julio de 2007

BAJO TUS PIES, SIEMPREVIVAS


Voy a apartarte las ramas
que buena sombra te hacían,
mi niña ya de su sombra
huye, ¡ay! ya no se fía.

Tiene tu pecho un grito
que se amaga "pa" matar
cuando te digo al oído:
¿Cómo voy a castigar
lo mejor de mi destino?

Barandillas son de piedra
que se me comen la luna,
que las tiras por granizo
cuando el ceño se te ahuma.

Porque el agua es empujada
gira y gira la noria,
pero ella en sus cangilones
sube y gana su gloria.

Remoja tus pies desnudos
en mi agua, en mi agua clara,
juégame con tus volantes,
juégame con tus faldas
como hace el ave en la fuente
juégame. lava tus alas,
y limpia de ti esa sombra
que te está poniendo mala.

Con los manteles del alba,
mi niña, vamos andando,
pero, ¡ay! tú me tropiezas
la vida, "pa" tras mirando.

No creas que yo soy viento
que se acuesta aquí y allá,
llámame mejor la cuña
que tú tienes "injertá".

Yo soy como una perdiz
que el buche tengo muy grana,
se me ha puesto así de rojo
de amor, pasión y de ansias
por uan bella paloma
que vuela, vuela muy alta.

Que los campos le sonríen
al sol, fino oro en tu pelo,
beben del lago dormido
que acunan tus ojos bellos,
no los partes de mí
que quiero ver desde ellos.

Nunca me apagues tu sol,
deja que llene de miel
mi uva, que te dé ese vino
tan dulce, mi Moscatel.

Cíñeme fuerte,
como lo hace la higuera
con una piedra abrigada
por poca tierra.

¡Flor de la plata!
¡Seda del día!
bajo los pies se te agrupan
las siemprevivas,
que el aire planta sus flores
por donde pisas.

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