jueves, 26 de julio de 2007

NO HAY DOLOR MAS AGUDO


No hay dolor más agudo, ni muerte más inquieta,
cuando mi sol se pone para ella se despierta
buscando su senda.

Quisiera ser un ave de alas bien abiertas,
trashumar medio mundo buscando primaveras
como la de ella.

Mi mente es desvarío, la de ella desconcierta,
como un par de chiquillos de ilusiones traviesas,
no queremos rejas.

Dadme el albor nevado de las rosas más bellas,
la canción de las aguas con su ondulante hierba
de rimas inquietas.

Dadme el prado más bello, la aurora más excelsa,
las lilas de la tarde con su rubor de estrellas,
y una luna llena.

Corazón de caballo que aguante la carrera,
y el río de mi sangre en tropel por mis venas
"pa" hacerle mi ofrenda.

Que quiero hacer un mixto de olivo y guayabera,
poner todo a sus pies como si fuera estera
para una Reina.


Pepe Martín

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