sábado, 28 de julio de 2007

LA SED



Leaves on the Seine



La tierra me pare lomas
y el mar con ondas me aleja
mientras tu pecho se enfría
en su distante tristeza.
El hielo de la distancia
me está haciendo una faena.

Tuve tu miel en mis labios
y qué poquita me queda.
Tengo un lamento en la sangre,
un destello en la cabeza,
y cien grillos con sus flautas
me zumban con agudeza,
en mi lengua están clavados
fieros cascos de botella
que no me dejan decirte
la sed que de ti me queda.

Como pueda beberé
a garfadas, trago a trago,
de bruces sobre tu cuerpo,
o represando en un lago
el agua del cauce ardiente
en el que estoy inmolado.
En ella rodeas al siervo
que quiere ver descifrados
los misterios de tu cuerpo,
uno a uno tus arcanos.

Lazos que labran a fuego
los deseos de este humano,
por eso le pido al Cielo
que mi piel ponga en tus manos.

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