viernes, 27 de julio de 2007

NO LO TENGO TAN CLARO


Cuando tú te das,
lo haces por entero,
como se da el agua del río al mar,
como la arena al viento del desierto.
Y esta es una aventura arriesgada
que enhuera mi miedo.

Me estás pidiendo que te dé la mano
y yo apenas si te enseño un dedo.
Y que me deje ir por la pendiente
del tobogán hermoso del ¡te quiero!
con los ojos vendados
persiguiendo a Eros.

Yo te digo que no puedo,
pero luego... ¡pruebo!
¡Y el maldito Eros
me tiene cogido!
Se cobró muy caro
mi juego de niños.
Y este es el caso:
ahora lo que siento
¡no lo tengo muy claro!

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