Me dices no ser culpable,
te acusan las apariencias,
mis ojos te ven distante
cuando me quieres o besas.
Quisiera ver tus estambres
y el olor de tu beldad,
y quisiera ser culpable
de descubrir tu verdad.
Tienes razón con tus miedos
cuando estoy fuera de mí,
¡me mataré sin remedio...
sin ti no quiero vivir!
Tienes razón cuando dices
que tú no me das veneno,
me matas y me maldices
si estás sin querer queriendo.
Sólo quiero que me adoren
tus versos de ruiseñor,
para entregarte mis flores
como se adora al Señor.
Quiero enredarte en las algas
del lago de mi pasión,
y acurrucarme en tus nalgas
pidiéndote compasión.
Pepe Martín-Mariam
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