Quiero acallar mi olvido con la mordaza de mi olvido
Nunca fui marejada de desprecios.
Ni un mal trueno en su estallido de insultos.
Ni un tornado en su arrastre intrigante.
Ni para aquel desvarío tan grande di motivos.
El levante de sus celos con su incomprensión dolida
rompió en grave tormenta para iniciar su desastre,
crecieron olas gigantes alrededor de la boya de mi inocencia,
y anclado di las primeras campanadas de mi olvido
zarandeado por la tragedia sobre mis latones sordos.
Los celos partieron sus mástiles de cordura,
arrancaron mi bandera de cariño deshilachada,
dejaron su amor como escombrera zozobrante
haciendo cerco a su corazón a merced de las olas
hacia el acantilado de mi adiós para ser partido.
Sus restos pintados en la sangre del poniente
aguardan la arena del "rebalaje" para ser tragados,
esqueletos de un corazón roto hoyados poco a poco
por el pie gigante de quien la quiso.
El devenir de las olas del tiempo tardarán toda una vida
en barrer completamente a quien amara.
Aun siento que su alma en el naufragio
intenta llevarme consigo, hundiéndome en su mar de celos
que tanto mal me hicieron y que a ella la han perdido.
Nunca fui marejada, trueno o tornado,
se me abrió una ventana entre nubes
y me evadí de aquel lugar de desesperación...
Parecerá mentira después de lo que pasará,
pero hoy y aquí preciso el olvido de mi olvido
Nunca fui marejada de desprecios.
Ni un mal trueno en su estallido de insultos.
Ni un tornado en su arrastre intrigante.
Ni para aquel desvarío tan grande di motivos.
El levante de sus celos con su incomprensión dolida
rompió en grave tormenta para iniciar su desastre,
crecieron olas gigantes alrededor de la boya de mi inocencia,
y anclado di las primeras campanadas de mi olvido
zarandeado por la tragedia sobre mis latones sordos.
Los celos partieron sus mástiles de cordura,
arrancaron mi bandera de cariño deshilachada,
dejaron su amor como escombrera zozobrante
haciendo cerco a su corazón a merced de las olas
hacia el acantilado de mi adiós para ser partido.
Sus restos pintados en la sangre del poniente
aguardan la arena del "rebalaje" para ser tragados,
esqueletos de un corazón roto hoyados poco a poco
por el pie gigante de quien la quiso.
El devenir de las olas del tiempo tardarán toda una vida
en barrer completamente a quien amara.
Aun siento que su alma en el naufragio
intenta llevarme consigo, hundiéndome en su mar de celos
que tanto mal me hicieron y que a ella la han perdido.
Nunca fui marejada, trueno o tornado,
se me abrió una ventana entre nubes
y me evadí de aquel lugar de desesperación...
Parecerá mentira después de lo que pasará,
pero hoy y aquí preciso el olvido de mi olvido
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