Desde siempre el hombre y la miseria
trazaron sus caminos por la vida
dejando tras de sí ríos de sangre,
atados en la yunta de un poder
que siempre va aliado con la muerte
y es sombra apocalíptica de guerra.
¡Oh, maldecido invento de la guerra
plantel de la desgracia y la miseria
incapaz de otra cosa que dar muerte!.
Segando va con su hoja toda vida
agonizante en ríos de sangre
que alimenta al vampiro del poder.
Desconfiad del cordero en el poder
predicando a la suya santa guerra,
ni en banca haciendo números de sangre
hundiendo en la pobreza y la miseria,
sacando dividendos a una vida
que amarga el fino sable de la muerte.
Extensos son los prados de la muerte
que sembró la cizaña del poder
e injustamente abonan mucha vida
bajo fosas anónimas de guerra,
ahogaron familias en miseria
que hoy reclaman al hijo de su sangre.
Es injusto cambiar poder por sangre.
Hoy se trueca petróleo por muerte,
chupan lo útil y escretan miseria
para ser reelegidos al poder.
Nada importa si es cruel, si en esa guerra
el mundo paga en parte con su vida.
Pido al mundo que algún dia la vida
precise del amor y no de sangre,
trocando en santa paz lo que ahora es guerra
sin que haya que obtenerla muerte a muerte,
que nunca sea esclavo del poder
y destierre de sí tanta miseria.
La miseria agosta toda vida.
Enjuiciando al poder está esa sangre,
¡llaga de muerte! ¡saldo de la guerra!.
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