viernes, 27 de julio de 2007

SIEMPRE TUYO



Una huella muy honda en mi pecho dejaste
y escarchas del invierno me diste al marchar,
sonrisas de payaso luzco por contraste
y el corazón herido... ¡sangrar y sangrar!

En mi lóbrega alcoba te veo de frente,
la añoranza me ahoga, de ti, Dulce Mar,
me abrazo a tu recuerdo desesperadamente
y mis ojos no cesan... ¡llorar y llorar!

Y tú, hoy entregada en los brazos de otro,
ignorante del verbo divino de "amar",
no es sombra ni lejana del canto divino
que en tu mente aún habita... ¡soñar y soñar!

Sigues siendo mi perla, hoy inaccesible,
¡y muero y me ahogas en un lodazal!
Sigo siendo en tu mente una luz muy visible
que tu alma desea... ¡callar y callar!

Y si un día te lleva un remordimiento
al río de mi pena que intento ocultar,
una lágrima triste te dirá en su lecho:
"¡He sido siempre tuyo, no puedo olvidar!

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