Hoy podría cantarte un gran dolor,
el preludio más triste de mi mundo,
hoy se me ha caído el alma a un triste pozo,
la vida no me llega a la rodilla
¡Perdóname amor!
por regalarte mi pequeño corazón de arena,
por depositarlo en el nácar de tu ostra,
por herirte con los cuchillos de mis sentimientos
condenándote de por vida
a acunar mi amor en forma de perla.
¡Perdóname amor!
por la presuntuosa arrogancia
de querer darte un poco de aire fresco
cuando tú eres todo un mayo de brisas,
perdóname por querer arreglar tu mundo
cuando tú mi herida has reparado,
por imaginarme capaz de darte algo de ilusión
cuando tú te has convertido en mi norte.
por quererle dar contenido a tu alma
cuando tú eres el vaso donde eclosiona la mía.
por querer despertar tu vida soñolienta
cuando un mundo de utopías yo te he dado,
por querer dibujar la luz en tu sonrisa
cuando ahora sé que esculpí todo un rictus de amargura,
por querer regalarte en sueño de esperanza
colocando entre ambos una reja de agonía.
Hoy podría cantarte un gran dolor,
el preludio más triste de mi vida,
hoy se me ha caído el alma un triste pozo,
la vida no me llega a la cintura.
¡Perdóname amor!
No permitas que la ola de mi vida
derribe tu castillo de arena de ilusión,
porque si soy llanto, tú eres lamento,
si yo sonrío, tú eres aurora,
si yo soy sed, tú te mustias,
si yo soy beso, tú eres pasión,
si yo sufro, tú te atormentas,
si yo te miro, tus ojos me acarician,
si yo me deprimo, tú eres locura,
si yo soy angustia, tú desesperas,
si yo te quiero, tu amor es infinito.
Tú me miras con ojos de esperanza
y yo, de lejos, no te puedo dar la solución.
Hoy podría cantarte un gran dolor,
el preludio más triste de mi vida,
hoy se me ha caído el alma a un triste pozo
y la vida no me llega a la cintura.
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