Ven! Quédate mujer, que quiero amarte,
no me tires deshecho de deseo,
no me hagas esta afrenta de dolor
que sabes que te vas y por ti muero
abrazado en mi pira de pasión
donde no sé si he muerto o estoy vivo.
Sácame de este pozo donde vivo,
donde el cielo que observo es sólo amarte.
Me ahoga esta negrura de pasión
aguardando un rescate, tu deseo
que al no llegar me causa este dolor,
y herido por mi líbido me muero.
Debajo de esta esfinge donde muero
tu recuerdo de amor me tiene vivo.
Yo sé que me recuerdas con dolor
y te pido piedad, déjame amarte,
para me muerda mi alma aquel deseo
que desbordó en mi pecho tu pasión.
Que en ambas sangres hierba la pasión.
¡Sí! Ábreme la flor por la que muero
que brota en tu gruta del deseo,
la que enciende mi sexo al rojo vivo
deshojando jazmines para amarte.
Que deshaga en delirio tu dolor.
No quiero que te ciegue aquel dolor
haciendo naufragar nuestra pasión.
Voy a vivir mi vida para amarte,
para morder la boca por quien muero,
para besar los senos por quien vivo
rompiendo nuestra jaula del deseo.
Tú harás arder mi torre de deseo
aullando de placer, no de dolor,
tú harás que mi cubil de fuego vivo
se deshilache en lavas de pasión
quitándome la vida, aunque no muero
porque pretendo eternamente amarte.
Tan sólo pide amarte este deseo
el lecho en el que muero de dolor.
pasión que me mantiene por ti vivo.
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