¡Ay!
Este dolor de tu cuerpo y el mío.
Este dolor de tu beso dormío.
Este dolor de tu cuerpo y el mío.
Este dolor de tu beso dormío.
***
Las manos tengo sin uñas
de tanto arañar la piedra
donde tu nombre está escrito.
Y tengo partido el labio
de murmurar lo que siento
por encima de tus flores.
Una ola de fango de perverso tesmonio,
una ola de mentiras negra como el pedernal
cortó en seco tu camino.
Tengo el pecho descompuesto
del dolor de no tenerte.
Que dios me mate si miento
si con el ascua de mi rabia
yo no sé vengarte a fuego.
Mi cama está hecha jirones
de derretirme de llanto
y rodar sobre tus ropas
las curvas de mi consuelo
y de arrancarle al olvido
tu imagen que le he robao
pero que atar no consigo.
Nadie me traiga ni lleve
si digo que en los terrones del olivar,
donde te robé aquel beso,
ahí yo me sabré enterrar.
¡Ay!
Este dolor de silencio y quejío...
Este dolor de tu amor sin olvido.
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