lunes, 30 de abril de 2007

BAY, BAY...


GuitarraTriste.wma



Me dices que tus lirios se abren cuando lees mis poemas.
Oh, Dios,
reenséñame la llama que mueve a la vida a esos pétalos,
el lenguaje de esas manos vegetales lanzadas en el aire,
que desplacen su aroma hasta mí
para que cubran el viento polar de mi vejez..

Bay, bay juventud explosiva
y despreocupada en su sufrir amoroso.
No ves que yo soy jilguero viejo que ya no canta celo
pero luce sus canciones de memoria,
¡Qué he de hacer si no me queda otra!

Yo me llamé Eros y del Párbulo tenía los ojos y las alas,
ahora me queda a penas su verbo, pero agónico.
Cuando hay mucho fuego todo lo arrebata,
pero todo combustible se agota
y el fuego perece en las propias cenizas.

Bay, bay islita bella de mi juventud, de mi deseo,
me retiro de tus cristales transparentes,
yo talé tus campos y ahora te erosionas conmigo.
Me retiro de ti como pira ardiente,
como cadáver inmolado a Eros
flotando en el mar de mi llanto.
Sólo me quedan las palabras
chispazos del otrora incendio.

Bay, bay sembrados de tierna juventud embravecida.
Oh Dios infante,
me podaste el amor y me dejaste el rescoldo.
Los juveniles tallos,
mis reliquias de amor,
por la laguna enramada de mi mente
piden socorro contra el olvido,
y sólo puedo tenderles mi flotador
de fantasías inconsistentes.

Bay, bay pieles de hermosura y tacto firme.
Solo me quedáis vosotras,
tentaciones de viejo imposible,
porque mis ojos no entienden de edades
y sí de la belleza.

Me siento como un niño con carnes de plomo
a quien castigaran a ver el Paraíso y no tocarlo,
y vivo fingiendo no observar lo que tanto codicio
cubierto con la máscara honorable de mis años,
soslayando la arena movediza de mis tentaciones.

Bay, bay, me alejo de ti juventud, pero no te olvido.

Pepe Martín.

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